sábado, 11 de mayo de 2013

EL OGRO DE CLEVELAND

Cuerdas, bolsas negras cubriendo las ventanas… Poco a poco, y gracias al trabajo de la policía y a los testimonios de algunos de los vecinos, se van conociendo detalles de cómo permanecieron secuestradas, durante una década, las tres mujeres de Cleveland (Ohio) liberadas el lunes.

"Tenemos confirmación de que las chicas estaban atadas y había cadenas y cuerdas en la casa", ha dicho este miércoles en una entrevista a un medio estadounidense el jefe de Policía de Cleveland, Richard McGrath.

Según las primeras hipótesis, Ariel Castro –arrestado junto con sus dos hermanos– convirtió la pequeña vivienda unifamiliar en un zulo bunkerizado: una malla metálica de dos metros de alto, tela y arbustos alrededor hacían prácticamente imposible que desde fuera se atisbara el interior.
Fuentes de la investigación también han relevado que durante los años de cautiverio las mujeres experimentaron embarazos, debido a las sucesivas violaciones, pero que fueron abortados bien a través de palizas bien por su propia debilidad física, intríseca a su situación de encierro.

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