domingo, 19 de mayo de 2013

Jakobsland

Desembarco en Jakobsland

A furore normannorum libera nos, Domine! Hace mil años, Galicia sufrió una de las más devastadoras incursiones de los vikingos.

Tras asolar Tui, los guerreros nórdicos prosiguieron su avance por el río Miño, llegando hasta Ourense y a la localidad lucense de Ribas de Sil.

También Santiago de Compostela fue objeto de saqueos y pillajes.

En plena Reconquista, siglo X, era el baluarte de la cristiandad y refugio de los tesoros de la iglesia y la corona. Atraídos por el oro compostelano, los vikingos hicieron cinco o seis grandes expediciones para saquearla". Una curiosa prueba de la influencia gallega en Escandinavia es esta significativa expresión encontrada en textos nórdicos de la Edad Media: "No quisiera yo eso ni por todo el oro de Galicia".

Además del oro, los vikingos pretendían convertir Galicia en una segunda Normandía desde la que extender sus dominios al resto de la península Ibérica y llegar incluso al Mediterráneo.

La primera noticia histórica de la llegada de los vikingos a Galicia se encuentra en los Annales Bertiniani, redactados en el año 861, y se remonta al mes de agosto del año 844, durante el reinado de Ramiro I, cuando una flota de unos 150 barcos de vikingos daneses saqueó algunas aldeas de la costa Norte, hasta que fueron rechazados en los alrededores del Farum Brecantium, es decir, la coruñesa Torre de Hércules, por las tropas del rey Ramiro I de Asturias.

Una de las últimas incursiones vikingas en Galicia la protagonizó Ulf, apodado "el gallego" .

 

Cuando cesaron las invasiones, la relación entre Galicia y Escandinavia pasó a ser amistosa, hasta el punto de que se sucedieron las peregrinaciones de personajes nórdicos para visitar la tumba del Apóstol. El primero que peregrinó a Compostela fue el propio el rey Sigurd de Noruega, en el otoño de 1108.

 

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