martes, 2 de septiembre de 2014

El vudú haitiano y sus loas

La religión vudú siempre va a estar sostenida en un sistema de creencias originario de las prácticas religiosas procedentes del Oeste Africano. Eso quiere decir que con el término vudú se engloba a múltiples variantes que parten de una misma base africana.

Una vez que dichas creencias pasan de África a América a través de la esclavización y la colonización, la religión que nace en estos lugares sigue siendo vudú, pero fruto del sincretismo entre las diversas creencias americanas con el cristianismo. Por tanto, cuenta con elementos que no son únicamente africanos, sino ''entremezclados'', por así decirlo. Además, la representación que se hace de santos en el vudú se remonta a la necesidad que tenían los esclavos africanos de ocultar a sus dioses nativos para que los cristianos creyeran que estaban siendo devotos de su religión occidental. 


De esta forma se origina el vudú haitiano, la santería en Cuba o el candomblé en Brasil, por citar ejemplos de variantes del vudú afroamericano. Por tanto, esta religión cuenta con muchas manifestaciones distintas, y no se la puede entender como un único conjunto, al igual que no se puede entender por completo el

cristianismo sin conocer sus variaciones.

El vudú haitiano, al igual que sus variantes, separa el universo ''espiritual'' en tres partes, estando por encima un Dios, creador de todo, por debajo los hombres y en el centro los loas, que son espíritus, equivalentes a ángeles o dioses menores, que se encargan de poner en contacto a los humanos con Dios, o de cumplir determinadas peticiones que los hombres realizan a cambio de rituales, ofrendas y/o sacrificios.



Vevé de Damballah. 
Se figuran dos serpientes con el objetivo de representar y dar la misma importancia a Ayida-Weddo. Esto es así porque sin una mujer, el hombre no puede crear nada.

Los vevé son símbolos que deben realizarse en la religión vudú con el objetivo de llamar a un loa. Cada espíritu posee uno que lo identifica. Suelen representarse en el suelo, y encima de él se colocan las ofrendas o el sacrificio hecho.

El Dios superior se llama Damballah, que fue quien lo creó todo junto a su esposa Ayida-Weddo. Se trata de un par de espíritus asociados con las serpientes y que se han traído directamente de África para fundar el sistema haitiano del vudú. 


Sin ser tan poderosos como Damballah, aparecen en el siguiente escalafón los loas, que al mismo tiempo se jerarquizan, y en el vudú haitiano existen tres familias principales de ellos: los Rada, los Petro y los Ghede. Los Rada son considerados como los espíritus más benévolos, mientras que los Petro y los Ghede, que no tienen porqué ser malos de forma obligatoria, suelen posicionarse hacia el lado de la guerra y la muerte, respectivamente. Pero al igual que la guerra y la muerte son términos considerados negativos, la audacia y el renacimiento son tenidos como conceptos positivos, y estas dos familias también los representan.


Todos los clanes tiene un jerarca, el padre de la familia. El mismo Damballah es el líder de los Rada. Don Pedro es el jefe de los Petro, y Baron Samedi de los Ghede. También tienen unas esposas: Ayida-Weddo, Erzulie Dantor y Maman Brigitte, respectivamente.



''Ayida Wedo (Lady of the Serpents)'', de Mireille Delice.

La familia Rada suele invocarse para cosas que son positivas, por ejemplo el éxito, o el cumplimiento de determinados deseos puros.


  
Representación de Erzulie Dantor, por Jimothy Bobert, y su vevé.

La familia Petro, surgida por los rencores y necesidad de liberación por parte de Haití durante su época como colonia francesa, es llamada con el propósito de realizar venganzas, maleficios violentos, peleas, castigos, etc. Se representa con el color rojo, de la sangre y la pasión. Normalmente, los loa Petro protegen a aquellos que han sido víctimas durante su vida. Por ejemplo, Erzulie Dantor, sincretizada con la Virgen Negra de Częstochowa, protege a las madres solteras, especialmente a las abandonadas o las que sus maridos o novios han traicionado, así como a las lesbianas. Se eligió a una virgen negra para que representara fielmente a los devotos haitianos y su sufrimiento. Con esto tienen que ver las cicatrices que marcan su cara, y que fácilmente la distinguen de una figura cristiana, así como la espada que atraviesa el corazón de su vevé, que recuerda al Sagrado Corazón de Jesús.


Representación de Barón Samedi, por André Pierre, y su vevé.


Representación de Maman Brigitte, por Lorena Assisi, y su vevé.

La familia Ghede es aquella que tiene que ver con la muerte directamente. Son loas fiesteros y aparentemente despreocupados, con una gran poder, con la capacidad de sanar pero también de hacer enfermar. Ellos disfrutan de las relaciones sexuales y de los placeres alimenticios, así como del alcohol. Se asocian con las creencias primarias y los sucesos regenerativos de todo tipo. También tienen que ver con la magia negra, y de hecho el color negro les identifica. De entre ellos es sumamente curioso el papel de su líder, Barón Samedi como psicopompo, pues guía a las almas de los muertos. Su esposa, Maman Brigitte, conoce que su marido le es infiel, por lo que intenta llevar una vida completamente independiente. Esta loa cuida de los partos, al igual que Erzulie Dantor, y vigila los cementerios, que son su hogar.

Vevé de Papa Legba.

En el ritual vudú, siempre que se necesita invocar a un loa debe tenerse el permiso de Papa Legba. Se trata de un espíritu muy poderoso, perteneciente a la familia Rada, el cual se encarga de custodiar el mundo de los loas, y es quien permite que ellos contacten con los humanos y los ayuden. Si no se convoca a Papa Legba primero, no puede realizarse ninguna otra invocación ''sana''.

''Maitre Carrefour'', de Préfète Duffaut.


Maitre Carrefour, por otro lado, es un espíritu que actúa como mediador entre el loa que se pretende invocar y la persona, al igual que Papa Legba. No obstante, él es el ''Maestro de la Encrucijada'', así que si se le invoca atrae los infortunios, la confusión y el caos. Debe evitarse invocarlo, pues Papa Legba es el único loa que puede actuar como verdadero mediador entre espíritus y humanos. Maitre Carrefour es muy poderoso, y se rige por la violencia y el mal, pues él es miembro de la familia Petro, que tiene que ver con la magia negra. Concede el paso de los espíritus malignos al mundo humano. En la representación de Duffaut se le muestra con varios rostros, advirtiendo de las ''falsas apariencias'', y sembrando la duda.

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